domingo, 12 de enero de 2014

SEXO EN PAREJA SEGUN LA BIBLIA

Habla sobre lo apropiado de las relaciones dentro del matrimonio.

En Génesis se describe a Abraham siendo cariñoso con su esposa.

En Proverbios se nos dice:

: “Resulte bendita tu fuente de aguas, y regocíjate con la esposa de tu juventud, una amable cierva y una encantadora cabra montesa. Que sus propios pechos te embriaguen a todo tiempo. Con su amor estés en un éxtasis constantemente” (Proverbios 5:18, 19).

Con la expresión “fuente de aguas” se hace referencia a la fuente de satisfacción sexual. El placer sexual con nuestro cónyuge es ‘bendito’, un don de Dios. Por ello se exhorta al hombre a regocijarse con la esposa de su juventud. Para él es tan adorable y hermosa como una gacela, y tan encantadora y grácil como una cabra montés.


El apóstol Pablo bajo inspiración escribió en 1 Corintios 7:2-5

"... y que cada mujer tenga su propio esposo. 3 Que el esposo dé a [su] esposa lo que le es debido; pero que la esposa haga lo mismo también a [su] esposo. 4 La esposa no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposo; así mismo, también, el esposo no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa. 5 No se priven [de ello] el uno al otro..."


Jesús siempre trató con respeto a las mujeres. Por ello, se negó a aplicarles las normas y costumbres discriminatorias de los fariseos, e incluso conversó con varias que no eran judías (Mateo 15:22-28; Juan 4:7-9). Asimismo, aceptó a unas cuantas como discípulas (Lucas 10:38-42). Además, con sus enseñanzas las protegió contra el abandono conyugal (Marcos 10:11, 12). E hizo algo que probablemente fuera el paso más revolucionario para su época: incluyó a mujeres en su círculo de amistades más allegadas (Lucas 8:1-3). Dado que Jesús es un fiel reflejo de las cualidades de Dios, manifestó que a los ojos del Creador ambos sexos tienen el mismo valor. De hecho, el don divino del espíritu santo lo recibieron por igual los primeros discípulos y discípulas (Hechos 2:1-4, 17, 18). De esta manera, fueron ungidos para ser reyes y sacerdotes con Cristo en el cielo. Cuando resucitan para cumplir con su cometido, deja de haber distinción de sexo (Gálatas 3:28). Es patente, por lo tanto, que Jehová, el Autor de la Biblia, no discrimina a la mujer.


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La Biblia.

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2000528#h=25:0-25:230

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/102005806

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