¿Se
ha encontrado el arca de Noé? - La Atalaya 2009
La Biblia revela que el arca de Noé “llegó a descansar sobre
las montañas de Ararat” (Génesis
8:4). En la región que lleva ese nombre —ubicada en
Turquía oriental, cerca de la frontera con Armenia e Irán— se
encuentra el elevado pico conocido como monte Ararat.
¿Qué han aportado las
numerosas expediciones a esa zona en busca del arca? Afirmaciones
que llaman la atención, pero ninguna prueba concluyente. Las
interesantes fotos aéreas, los pedazos de madera cubiertos de
alquitrán y los informes de avistamientos han estimulado a algunos
a buscar pruebas más tangibles, aunque no ha sido fácil.
Suele mencionarse la posibilidad de que el arca se halle a
4.500 metros (15.000 pies) de altura en la ladera del monte
Ararat. Pero debido a tensiones políticas en la región, a las
expediciones extranjeras a veces se les niega el permiso para subir
a la montaña.
No obstante, muchas personas
interesadas en el arca desean que se realicen más expediciones.
Creen que aún hay partes intactas del arca ocultas bajo el hielo
del monte Ararat, cuya cima está coronada de nieve. Dicen que solo
habría esperanzas de ver la embarcación y llegar hasta ella en los
años con veranos más calurosos.
Tales esperanzas han sido
avivadas por diversos informes. Josefo, historiador judío del siglo
primero, hace referencia a varios historiadores antiguos que
afirmaron que el arca aún se veía en lo alto de la cordillera de
Ararat. Incluso se dice que había personas que se llevaban como
recuerdo trozos de su madera cubierta de alquitrán. Entre los
hombres citados por Josefo figura Beroso, cronista babilonio del
siglo III antes de nuestra era.
Uno de los informes más
intrigantes del siglo pasado fue el de un armenio llamado George
Hagopian. Él contó que, de niño, visitó el arca con su tío
a principios del siglo XX, y que incluso trepó por la estructura.
Hagopian murió en 1972, pero su testimonio aún emociona y
asombra a muchos.
¿Influiría el hallazgo
en nuestra fe?
¿Existe alguna base sólida
para creer que los exploradores hayan encontrado el arca, o que lo
harán algún día? Tal vez, pero parece haber más motivos para
dudarlo. En primer lugar, recuerde que la Biblia no dice
dónde exactamente se detuvo el arca cuando bajaron las aguas del
Diluvio. Solo menciona “las montañas de Ararat”.
Es normal que los
exploradores y quienes especulan sobre el tema concluyan que fue en
el pico más elevado de la región. Sin embargo, las Escrituras
no especifican que Dios hiciera que el arca se posara en la
cima del monte Ararat, que hoy es un lugar frío a más de cinco
kilómetros sobre el nivel del mar.*
Recuerde, después que el arca se detuvo sobre las montañas, Noé y
su familia vivieron en ella varios meses (Génesis
8:4, 5). Además, parece poco probable que, tras
desembarcar, ellos y todos los animales hayan tenido que bajar de
una cima tan alta, como si de alpinistas se tratara. Así que quizás
el terreno donde el arca se detuvo era más accesible de lo que se
imaginan los exploradores, pero lo suficientemente alto para encajar
en la descripción de Génesis
8:4, 5. Y sin importar en qué parte de la región de
Ararat se haya posado, ¿no habría desaparecido hace siglos debido
al deterioro o al saqueo de sus materiales?
¿Se
ha encontrado el arca de Noé? - La Atalaya 2009
El monte Ararat es un volcán que ha estado inactivo desde 1840.
Alcanza una elevación de 5.165 metros (16.945 pies) y está
cubierto de nieve todo el año.
Comenzando desde hace unos 200 años,
se han hecho muchos esfuerzos por hallar el arca en las montañas de
Ararat. Estas montañas tienen dos picos prominentes: uno, de 5.165
metros (16.950 pies) de altura; el otro, de 3.914 metros (12.840
pies). El más alto de los dos está cubierto de nieves perpetuas.
Debido a los cambios climáticos
postdiluvianos, el arca pronto habría quedado sepultada por la
nieve. Algunos investigadores creen firmemente que el arca todavía
está allí, sepultada profundamente en un glaciar. Afirman que en
algunas ocasiones el hielo se ha derretido lo suficiente como para
que parte del arca haya quedado expuesta temporalmente.
En el libro "In Search of Noah’s
Ark" (En busca del arca de Noé) se cita a George Hagopian,
armenio que alega que escaló el monte Ararat y vio el arca en 1902 y
de nuevo en 1904. Él dijo que, en la primera visita, de hecho subió
a encima del arca.
“Me levanté y vi por todas partes
la embarcación. Era larga. Tenía una altura como de cuarenta pies
[12 metros].” En cuanto a lo que observó en su visita posterior,
dijo: “No vi verdaderas curvas. Difería de todo otro barco que
había visto. Más parecía una barcaza de fondo plano”.
Desde 1952 hasta 1969, en cuatro
ocasiones Fernand Navarra trató de hallar pruebas del arca. En su
tercer viaje al monte Ararat descendió al fondo de una grieta en un
glaciar, donde halló un pedazo de madera oscura metido en el hielo.
“Tiene que haber sido muy largo —dijo—, y quizás todavía
estaba unido a otras partes de la armazón de la embarcación. Solo
pude cortar en la dirección de la fibra hasta que separé un pedazo
como de cinco pies [1,5 metros] de largo.”
El profesor Richard Bliss, uno de
varios peritos que examinaron la madera, dijo: “La muestra de
madera de Navarra es una viga estructural y está impregnada de brea
bituminosa. Tiene empalmes de muescas y espigas. Y sin duda fue
tallada a mano y escuadrada”. Se fijó para la madera la edad
aproximada de unos cuatro o cinco mil años.
Aunque se han hecho esfuerzos por
hallar el arca en el monte Ararat, la prueba categórica de que se
empleó para sobrevivir a una inundación desastrosa está en el
registro escrito de ese acontecimiento en el libro bíblico de
Génesis. Se puede ver confirmación de ese registro en la gran
cantidad de leyendas diluvianas que hay entre pueblos primitivos de
todo el mundo.
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