ANUNCIO acerca de COOKIES

AVISO SOBRE "COOKIES": Al igual que la mayoría de los sitios en Internet, este sitio emplea "cookies" (galletas informáticas) provistas por Google y otros para prestar sus servicios, personalizar anuncios y analizar el tráfico. Google y otros reciben información sobre tu uso de este sitio web. Si utilizas este sitio, se sobreentiende que aceptas el uso de estas "cookies".

martes, 30 de marzo de 2010

Últimos días de la vida de Jesús en la tierra. 14 de Nisán.


ES EL séptimo día del mes judío de Nisán del año 33 E.C. Imagínese que usted está observando lo que sucede en la provincia romana de Judea. Jesús y sus discípulos han salido de Jericó, una ciudad de exuberante vegetación, y suben con dificultad por un camino polvoriento y serpenteante. Como ellos, muchos viajeros más van rumbo a Jerusalén con ocasión de la celebración anual de la Pascua. Sin embargo, los discípulos de Cristo están pensando en algo más que en esta agotadora caminata.
Los judíos anhelan un Mesías que los libre del yugo romano. Muchos consideran que Jesús de Nazaret es ese Salvador por tanto tiempo esperado. Durante tres años y medio se ha dedicado a hablar del Reino de Dios. Ha curado a los enfermos y ha alimentado a los hambrientos. En efecto, ha consolado a la gente. Pero a los caudillos religiosos los irrita la dura denuncia que Jesús hace de ellos, y están desesperados por darle muerte. Aun así, allá va subiendo por el reseco camino delante de sus discípulos con aire resuelto (Marcos 10:32).
Mientras el Sol se pone detrás del monte de los Olivos, Jesús y sus compañeros llegan al pueblo de Betania, donde pasarán las siguientes seis noches. Allí los reciben sus amados amigos Lázaro, María y Marta. El fresco anochecer les alivia del calor del viaje y señala el inicio del sábado 8 de Nisán (Juan 12:1, 2).

9 de Nisán

Después del sábado, hay mucho movimiento en Jerusalén. Miles de visitantes ya han llegado a la ciudad para observar la Pascua. Pero hay más bullicio del acostumbrado en esta época del año. Multitudes curiosas caminan a toda prisa por las estrechas calles que conducen a las puertas de la ciudad. Cuando logran abrirse paso por las abarrotadas puertas, ¡qué vista les espera! Muchas personas, radiantes de alegría, vienen bajando del monte de los Olivos por el camino de Betfagué (Lucas 19:37). ¿Qué significa toda esta actividad?
Jesús entra en Jerusalén montado en un asno ¡Miren! Jesús de Nazaret viene montado sobre un pollino de asna. La gente tiende sus prendas de vestir en el camino delante de él, mece palmas recién cortadas y grita con gozo: “¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el rey de Israel!” (Juan 12:12-15).
Al acercarse la multitud a Jerusalén, Jesús mira la ciudad y se conmueve profundamente. Se pone a llorar, y lo escuchamos predecir su destrucción. Cuando, poco después, llega al templo, enseña a las muchedumbres y sana a los ciegos y los cojos que acuden a él (Mateo 21:14; Lucas 19:41-4447).
Estos sucesos no pasan inadvertidos para los sacerdotes principales y los escribas. ¡Cómo los irrita ver las obras maravillosas de Jesús y el júbilo de las muchedumbres! Los fariseos, incapaces de ocultar su indignación, exigen: “Maestro, reprende a tus discípulos”. “Les digo —contesta Jesús—: Si estos permanecieran callados, las piedras clamarían.” Antes de irse, Jesús observa los tratos comerciales que se efectúan en el templo (Lucas 19:39, 40; Mateo 21:15, 16; Marcos 11:11).

10 de Nisán

Jesús vuelca las mesas de los cambistas del templo Jesús llega temprano al templo. Ayer, no pudo menos que indignarse al ver la flagrante comercialización de la adoración de su Padre, Jehová Dios. Con gran celo, pues, se pone a echar del templo a los que compran y venden en él. Luego vuelca las mesas de los avaros cambistas y los bancos de quienes venden palomas. “Está escrito —exclama Jesús—: ‘Mi casa será llamada casa de oración’, pero ustedes la hacen cueva de salteadores.” (Mateo 21:12, 13.)
Los sacerdotes principales, los escribas y los hombres más prominentes no soportan las acciones y la enseñanza pública de Jesús. ¡Cómo ansían darle muerte! Pero se retienen a causa de la muchedumbre, pues el pueblo está atónito ante su enseñanza y sigue “colgándose de él para oírle” (Lucas 19:47, 48). Al acercarse la noche, Jesús y sus compañeros disfrutan de la agradable caminata de regreso a Betania, donde descansarán hasta el día siguiente.

11 de Nisán

Temprano por la mañana, Jesús y sus discípulos ya están cruzando el monte de los Olivos camino a Jerusalén. Cuando llegan al templo, los sacerdotes principales y los ancianos no tardan en desafiar a Jesús. Recuerdan bien lo que hizo a los cambistas y comerciantes en el templo. Sus enemigos preguntan con malevolencia: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?”. “Yo, también, les preguntaré una cosa —responde Jesús—. Si me la dicen, yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas: El bautismo por Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?” Los opositores consultan entre sí en voz baja, razonando: “Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’. Sin embargo, si decimos: ‘De los hombres’, tenemos la muchedumbre a quien temer, porque todos tienen a Juan por profeta”. Perplejos, contestan débilmente: “No sabemos”. Jesús responde con calma: “Tampoco les digo yo con qué autoridad hago estas cosas” (Mateo 21:23-27).

“Una cueva de salteadores”

A JESÚS le sobraban razones para decir que aquellos comerciantes avariciosos habían transformado el templo de Dios en “una cueva de salteadores” (Mateo 21:12, 13). A fin de pagar el tributo del templo en la moneda debida, los judíos y los prosélitos procedentes de otras tierras habían de cambiar su dinero extranjero. En su libro La vida y los tiempos de Jesús el Mesías, Alfred Edersheim explica que los cambistas solían abrir sus puestos por todo el país el 15 de Adar, un mes antes de la Pascua. A partir del 25 de Adar, se trasladaban al recinto del templo de Jerusalén para aprovecharse de la enorme afluencia de judíos y prosélitos. Los tratantes tenían un negocio floreciente, pues cobraban una comisión por cada moneda que cambiaban. El que Jesús los llamara salteadores deja entrever que sus comisiones eran tan cuantiosas que en la práctica estaban robando a los pobres.
Algunos no podían llevar sus propios animales para sacrificio, y los que lo hacían tenían que presentarlos ante un inspector en el templo para que los examinara, pagando una cantidad. Para no arriesgarse a que se rechazara el animal tras haberlo acarreado desde lejos, muchos compraban a los comerciantes corruptos del templo uno “aprobado” levíticamente. “A más de un pobre aldeano lo desplumarían allí a conciencia”, dice un historiador.
Existen pruebas de que en un tiempo el sumo sacerdote Anás y su familia tuvieron intereses creados en relación con los comerciantes del templo. Los escritos rabínicos hablan de “los bazares de los hijos de Anás” allí establecidos. Las sumas que percibían de los cambistas y de la venta de animales en los terrenos del templo eran una de sus principales fuentes de ingresos. Un biblista comenta que el acto de Jesús de desalojar a los comerciantes “fue no sólo dirigido contra el prestigio de los sacerdotes, sino también contra sus bolsillos”. Sea como fuere, sin duda sus enemigos deseaban eliminarlo (Lucas 19:45-48).
Los enemigos de Jesús tratan ahora de entramparlo logrando que diga algo por lo cual puedan hacer que se le arreste. “¿Es lícito —preguntan— pagar la capitación a César, o no?” “Muéstrenme la moneda de la capitación”, replica Jesús, y pregunta: “¿De quién es esta imagen e inscripción?”. “De César”, responden. Jesús los deja frustrados al decir con claridad a oídos de todos los presentes: “Por lo tanto, paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios” (Mateo 22:15-22).
Habiendo silenciado a sus enemigos con una argumentación irrefutable, Jesús pasa a la ofensiva ante las muchedumbres y sus discípulos. Escúchele denunciar sin temor a los escribas y fariseos. “No hagan conforme a los hechos de ellos —advierte—, porque dicen y no hacen.” Pronuncia con denuedo una serie de ayes sobre ellos y los denuncia como guías ciegos e hipócritas. “Serpientes, prole de víboras —dice Jesús—, ¿cómo habrán de huir del juicio del Gehena?” (Mateo 23:1-33.)
El que Jesús haga estas duras denuncias no significa que pase por alto las cualidades positivas de otras personas. Más tarde, ve a la gente echando dinero en las alcancías del templo. ¡Qué conmovedor es observar a una viuda necesitada dar todo su medio de vida: dos monedas pequeñas de muy poco valor! Enternecido, Jesús señala que, de hecho, ella ha dado mucho más que todos los que han echado grandes contribuciones “de lo que les sobra”. En su honda compasión, Jesús concede gran valor al esfuerzo de quien hace todo lo que está a su alcance (Lucas 21:1-4).
Jesús ahora sale del templo por última vez. Algunos de sus discípulos comentan sobre la magnificencia de este, que está “adornado de piedras hermosas y cosas dedicadas”. Para la sorpresa de ellos, Jesús declara: “Vendrán los días en que no se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada” (Lucas 21:5, 6). Mientras salen de la atestada ciudad siguiendo a Jesús, los apóstoles se preguntan qué habrá querido decir con estas palabras.
Pues bien, un poco más tarde, Jesús y sus apóstoles se sientan y disfrutan de la paz y tranquilidad del monte de los Olivos. Mientras contemplan la magnífica vista de Jerusalén y el templo, Pedro, Santiago, Juan y Andrés procuran que Jesús les aclare su asombrosa predicción. “Dinos —solicitan—: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mateo 24:3; Marcos 13:3, 4.)
En respuesta, el Gran Maestro da una profecía verdaderamente notable. Vaticina guerras a gran escala, terremotos, escaseces de alimento y plagas. Además, predice que las buenas nuevas del Reino se predicarán por toda la Tierra. “Entonces —advierte— habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mateo 24:7, 1421; Lucas 21:10, 11.)
Los cuatro apóstoles escuchan atentamente mientras Jesús explica otras facetas de ‘la señal de su presencia’. Recalca la necesidad de ‘mantenerse alerta’. ¿Por qué? “Porque —dice— no saben en qué día viene su Señor.” (Mateo 24:42; Marcos 13:33, 3537.)
Este ha sido un día inolvidable para Jesús y sus apóstoles. Es, de hecho, el último día del ministerio público de Jesús antes de su arresto, juicio y ejecución. Puesto que se hace tarde, regresan a la cercana Betania, situada al otro lado de la colina.

12 y 13 de Nisán

Jesús pasa el 12 de Nisán con tranquilidad en compañía de sus discípulos. Es consciente de que los guías religiosos ansían con desesperación darle muerte, y no desea que interfieran con la celebración de la Pascua la noche siguiente (Marcos 14:1, 2). Al día siguiente, el 13 de Nisán, la gente está ocupada haciendo los preparativos finales para la Pascua. En las primeras horas de la tarde, Jesús envía a Pedro y a Juan a poner todo en condiciones para la Pascua, que observarán en un cuarto superior de Jerusalén (Marcos 14:12-16; Lucas 22:8). Poco antes del atardecer, Jesús y los otros diez apóstoles se reúnen con ellos allí para su última celebración de la Pascua.

14 de Nisán, después de la puesta del Sol

Jesús lava los pies de sus discípulos Una delicada penumbra envuelve Jerusalén al atardecer, cuando la luna llena empieza a elevarse por encima del monte de los Olivos. En un cuarto grande amueblado, Jesús y los doce están reclinados a una mesa preparada. “En gran manera he deseado comer con ustedes esta pascua antes que sufra”, dice Jesús (Lucas 22:14, 15). Después de un rato, a los apóstoles les sorprende verlo levantarse y poner a un lado sus prendas exteriores. Toma una toalla y una palangana con agua y se pone a lavarles los pies. ¡Qué lección más inolvidable de servicio humilde! (Juan 13:2-15.)
Sin embargo, Jesús sabe que uno de estos hombres, Judas Iscariote, ya ha quedado en traicionarlo a los guías religiosos. Como es comprensible, se aflige mucho. “Uno de ustedes me traicionará”, revela. Los apóstoles se contristan mucho por ello (Mateo 26:21, 22). Después de la celebración de la Pascua, Jesús dice a Judas: “Lo que haces, hazlo más pronto” (Juan 13:27).
Una vez que Judas se ha ido, Jesús instituye una cena para conmemorar su inminente muerte. Toma un pan sin levadura, ofrece una oración de gracias, lo parte y dice a los once que coman de él. “Esto significa mi cuerpo —dice— que ha de ser dado a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí.” Entonces toma una copa de vino tinto y, después de decir una bendición, se la pasa a ellos y les dice que beban de ella. Luego agrega: “Esto significa mi ‘sangre del pacto’, que ha de ser derramada a favor de muchos para perdón de pecados” (Lucas 22:19, 20; Mateo 26:26-28).
Esa noche trascendental, Jesús enseña a sus apóstoles fieles muchas lecciones valiosas, entre ellas la importancia del amor fraternal (Juan 13:34, 35). Les asegura que recibirán un “ayudante”, el espíritu santo, el cual les hará recordar todas las cosas que él les ha dicho (Juan 14:26). Más tarde esa misma noche, sin duda se sienten muy animados al escuchar a Jesús orar por ellos con devoción (Juan, cap. 17). Después de entonar canciones de alabanza, salen del cuarto superior y siguen a Jesús en aquella noche fresca y ya avanzada.
Jesús ora encarecidamente a Dios Jesús y sus apóstoles cruzan el valle de Cedrón rumbo a uno de sus lugares preferidos, el jardín de Getsemaní (Juan 18:1, 2). Mientras los apóstoles esperan, Jesús se aleja un poco a fin de orar. No puede describirse con palabras la tensión emocional que siente al elevar a Dios una encarecida petición de ayuda (Lucas 22:44). Le es sumamente angustiante tan solo pensar en el oprobio que acarrearía a su amado Padre celestial si fallara.
Casi inmediatamente después de que Jesús concluye su oración, llega Judas Iscariote acompañado de una muchedumbre que lleva espadas, garrotes y antorchas. “¡Buenos días, Rabí!”, dice Judas, besándolo tiernamente. Esta es la señal para que los hombres arresten a Jesús. De pronto, Pedro empuña la espada y le corta una oreja al esclavo del sumo sacerdote. “Vuelve tu espada a su lugar —dice Jesús mientras sana la oreja del hombre—, [...] todos los que toman la espada perecerán por la espada.” (Mateo 26:47-52.)
Jesús enfrenta cargos por blasfemia ¡Todo sucede con tanta rapidez! Se arresta y se ata a Jesús. Los apóstoles, temerosos y confundidos, abandonan a su Amo y huyen. A Jesús se le lleva ante Anás, el anterior sumo sacerdote, y luego ante Caifás, el sumo sacerdote actual, para someterlo a juicio. A primeras horas de la mañana, el Sanedrín presenta falsos cargos de blasfemia contra Jesús. Luego Caifás hace que lo lleven ante el gobernador romano Poncio Pilato. Este lo envía a Herodes Antipas, el gobernante de Galilea, quien, junto con sus guardias, se burla de él y lo envía nuevamente a Pilato. Este confirma su inocencia, pero los caudillos religiosos lo presionan para que condene a Jesús a muerte. Después de someterlo a mucho maltrato verbal y físico, llevan a Jesús al Gólgota, donde se le clava sin misericordia a un madero de tormento, en el cual sufre una muerte sumamente dolorosa (Marcos 14:5015:39; Lucas 23:4-25).
Esta habría sido la mayor tragedia de la historia si la muerte de Jesús hubiera puesto fin permanente a su vida. Felizmente, tal no fue el caso. El 16 de Nisán de 33 E.C., sus discípulos quedaron atónitos al descubrir que se le había levantado de entre los muertos. Con el tiempo, más de quinientas personas comprobaron que estaba vivo de nuevo. Además, transcurridos cuarenta días a partir de su resurrección, un grupo de seguidores fieles lo vio ascender al cielo (Hechos 1:9-11; 1 Corintios 15:3-8).

La vida de Jesús y usted

¿Qué incidencia tienen en usted y, de hecho, en todos nosotros, estos sucesos? Pues bien, el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesús ensalzan a Jehová Dios y son fundamentales en el desenvolvimiento de su gran propósito (Colosenses 1:18-20). Son de vital importancia para nosotros, ya que, sobre la base del sacrificio de Jesús, podemos recibir el perdón de nuestros pecados y, por consiguiente, disfrutar de una relación personal con Jehová Dios (Juan 14:6; 1 Juan 2:1, 2).
Hasta los muertos reciben beneficios. La resurrección de Jesús hace posible que se les traiga de nuevo a la vida en el prometido Paraíso terrenal de Dios (Lucas 23:39-43; 1 Corintios 15:20-22). Si usted desea saber más acerca de tales asuntos, lo invitamos a asistir a la Conmemoración de la muerte de Cristo el 30 de marzo de 2010, en un Salón del Reino de los Testigos de Jehová de su localidad.


Publicado en La Atalaya del 15 de marzo de 1998
Copyright © 2009 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. All rights reserved.


http://www.watchtower.org/s/19980315/article_01.htm


------------------

LECTURA SUGERIDA para el 14 de Nisán

Juan 19:1-42

"..1 Por lo tanto, en aquel momento Pilato tomó a Jesús y lo azotó. 2 Y los soldados entretejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza y lo vistieron con una prenda de vestir exterior de púrpura; 3 y empezaron a acercarse a él y decir: “¡Buenos días, rey de los judíos!”. También, le daban bofetadas. 4 Y Pilato salió fuera otra vez y les dijo: “¡Vean! Se lo traigo fuera para que sepan que no hallo en él ninguna falta”. 5 Por consiguiente, Jesús salió fuera, llevando la corona espinosa y la prenda de vestir exterior de púrpura. Y [Pilato] les dijo: “¡Miren! ¡El hombre!”. 6 Sin embargo, cuando los sacerdotes principales y los oficiales lo vieron, gritaron, y dijeron: “¡Al madero [con él]! ¡Al madero [con él]!”. Pilato les dijo: “Tómenlo ustedes mismos y fíjenlo en el madero, porque yo no hallo en él falta alguna”. 7 Los judíos le contestaron: “Nosotros tenemos una ley, y según la ley debe morir, porque se hizo hijo de Dios”.

8 Por eso, cuando Pilato oyó este dicho, tuvo mayor temor; 9 y entró otra vez en el palacio del gobernador y dijo a Jesús: “¿De dónde eres tú?”. Pero Jesús no le dio respuesta. 10 Así que Pilato le dijo: “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para ponerte en libertad y tengo autoridad para fijarte en un madero?”. 11 Jesús le contestó: “No tendrías autoridad alguna contra mí a menos que te hubiera sido concedida de arriba. Por eso, el hombre que me entregó a ti tiene mayor pecado”.

12 Por esta razón Pilato siguió buscando cómo ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaron, diciendo: “Si pones en libertad a este, no eres amigo de César. Todo el que se hace rey habla contra César”. 13 Por eso Pilato, después de oír estas palabras, sacó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en un lugar llamado El Empedrado, pero, en hebreo, Gáb·ba·tha. 14 Era, pues, la preparación de la pascua; era como la hora sexta. Y dijo a los judíos: “¡Miren! ¡Su rey!”. 15 Sin embargo, ellos gritaron: “¡Quíta[lo]! ¡Quíta[lo]! ¡Al madero con él!”. Pilato les dijo: “¿A su rey fijo en un madero?”. Los sacerdotes principales contestaron: “No tenemos más rey que César”. 16 Por lo tanto, en aquel momento él se lo entregó a ellos para que fuera fijado en un madero.

Entonces se encargaron de Jesús. 17 Y, cargando el madero de tormento para sí mismo, él salió al llamado Lugar del Cráneo, que en hebreo se llama Gólgota; 18 y allí lo fijaron en el madero, y con él a otros dos [hombres], uno de este lado y uno de aquel, pero a Jesús en medio. 19 Pilato escribió un título también y lo puso sobre el madero de tormento. Estaba escrito: “Jesús el Nazareno el rey de los judíos”. 20 Muchos de los judíos, pues, leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue fijado en el madero estaba cerca de la ciudad; y estaba escrito en hebreo, en latín, en griego. 21 Pero los sacerdotes principales de los judíos empezaron a decir a Pilato: “No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino que él dijo: ‘Soy rey de los judíos’”. 22 Pilato contestó: “Lo que he escrito, he escrito”.

23 Entonces, cuando los soldados hubieron fijado a Jesús en el madero, tomaron sus prendas de vestir exteriores e hicieron cuatro partes, para cada soldado una parte, y la prenda de vestir interior. Pero la prenda de vestir interior era sin costura, pues era tejida desde arriba toda ella. 24 Por eso se dijeron unos a otros: “No la rasguemos, sino que por suertes sobre ella decidamos de quién será”. Esto fue para que se cumpliera la escritura: “Repartieron entre sí mis prendas de vestir exteriores, y sobre mi vestidura echaron suertes”. Y así los soldados realmente hicieron estas cosas.

25 Junto al madero de tormento de Jesús, pues, estaban de pie su madre y la hermana de su madre; María la esposa de Clopas, y María Magdalena. 26 Entonces Jesús, al ver a su madre y al discípulo a quien él amaba, de pie allí cerca, dijo a su madre: “Mujer, ¡ahí está tu hijo!”. 27 Entonces dijo al discípulo: “¡Ahí está tu madre!”. Y desde aquella hora el discípulo la llevó consigo a su propio hogar.

28 Después de esto, cuando Jesús supo que ya todas las cosas se habían realizado, para que se realizara la escritura, dijo: “Tengo sed”. 29 Había allí un vaso lleno de vino agrio. Por tanto, pusieron una esponja llena de vino agrio sobre [una caña de] hisopo y se la acercaron a la boca. 30 Pues bien, cuando hubo recibido el vino agrio, Jesús dijo: “¡Se ha realizado!”, e, inclinando la cabeza, entregó [su] espíritu.

31 Entonces los judíos, puesto que era la Preparación, a fin de que los cuerpos no permanecieran en los maderos de tormento en el sábado (porque era grande el día de aquel sábado), solicitaron de Pilato que se les quebraran las piernas y fueran quitados los [cuerpos]. 32 Vinieron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primer [hombre], y las del otro que había sido fijado en un madero con él. 33 Pero al venir a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas. 34 No obstante, uno de los soldados le punzó el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. 35 Y el que [lo] ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero, y ese hombre sabe que dice cosas verdaderas, para que ustedes también crean. 36 De hecho, estas cosas sucedieron para que se cumpliera la escritura: “Ni un hueso de él será quebrantado”. 37 Y, de nuevo, una escritura diferente dice: “Mirarán a Aquel a quien traspasaron”.

38 Entonces, después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secreto por [su] temor a los judíos, solicitó de Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato le dio permiso. Por lo tanto vino y se llevó el cuerpo. 39 También Nicodemo, el hombre que la primera vez vino a él de noche, vino trayendo un rollo de mirra y áloes, como cien libras [de ello]. 40 De modo que ellos tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con las vendas con especias, así como tienen costumbre los judíos de preparar para el entierro. 41 A propósito, había un huerto en el lugar donde él había sido fijado en el madero, y en el huerto una tumba conmemorativa nueva, en la cual nadie todavía había sido puesto. 42 Allí, pues, a causa de la preparación de los judíos, pusieron a Jesús, porque la tumba conmemorativa estaba cerca.."


 

lunes, 29 de marzo de 2010

Últimos días de la vida de Jesús en la tierra. 13 de Nisán.

Lo invitamos a asistir a la Conmemoración de la muerte de Cristo el 17 de abril de 2011, en un Salón del Reino de los Testigos de Jehová de su localidad.

13 de Nisán, la gente está ocupada haciendo los preparativos finales para la Pascua. En las primeras horas de la tarde, Jesús envía a Pedro y a Juan a poner todo en condiciones para la Pascua, que observarán en un cuarto superior de Jerusalén (Marcos 14:12-16; Lucas 22:8). Poco antes del atardecer, Jesús y los otros diez apóstoles se reúnen con ellos allí para su última celebración de la Pascua.

Publicado en La Atalaya del 15 de marzo de 1998
Copyright © 2009 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. All rights reserved.

http://www.watchtower.org/s/19980315/article_01.htm


Lectura bíblica para la Conmemoración: (Sucesos del 13 y el 14 de nisán) 

Mateo 26:17-19
17 En el primer día de las tortas no fermentadas vinieron los discípulos a Jesús, y dijeron: “¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua?”. 18 Él dijo: “Vayan a la ciudad, a Fulano, y díganle: El Maestro dice: ‘Mi tiempo señalado está cerca; celebraré la pascua con mis discípulos en tu casa’”. 19 Y los discípulos hicieron como Jesús les ordenó, y prepararon las cosas para la pascua.
--
 Marcos 14:12-16
12 Ahora bien, el primer día de las tortas no fermentadas, cuando acostumbraban sacrificar la [víctima de la] pascua, sus discípulos le dijeron: “¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la pascua?”. 13 Entonces él envió a dos de sus discípulos y les dijo: “Vayan a la ciudad, y se encontrará con ustedes un hombre que lleva una vasija de barro con agua. Síganlo, 14 y donde entre, digan al amo de casa: ‘El Maestro dice: “¿Dónde está el cuarto para convidados para mí donde yo pueda comer la pascua con mis discípulos?”’. 15 Y él les mostrará un cuarto grande, arriba, amueblado en preparación; y allí hagan los preparativos para nosotros”. 16 De modo que los discípulos salieron, y entraron en la ciudad y lo hallaron así como él les había dicho; e hicieron preparativos para la pascua.
--

Lucas 22:7-13
7 Entonces llegó el día de las tortas no fermentadas, en que hay que sacrificar la [víctima de la] pascua; 8 y él despachó a Pedro y a Juan, y dijo: “Vayan y preparen la pascua para que la comamos”. 9 Ellos le dijeron: “¿Dónde quieres que [la] preparemos?”. 10 Él les dijo: “¡Miren! Al entrar en la ciudad los encontrará un hombre que lleva una vasija de barro con agua. Síganlo hasta dentro de la casa en que entre. 11 Y tienen que decir al dueño de la casa: ‘El Maestro te dice: “¿Dónde está el cuarto para convidados en que pueda comer la pascua con mis discípulos?”’. 12 Y ese les mostrará un cuarto grande, arriba, amueblado. Prepáren[la] allí”. 13 De modo que ellos partieron y lo hallaron así como él les había dicho, y prepararon la pascua.

---

Juan 13:1-5
1 Ahora bien, puesto que antes de la fiesta de la pascua sabía que había llegado su hora para irse de este mundo al Padre, Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2 Así que, mientras estaba en progreso la cena, como el Diablo ya había metido en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que lo traicionara, 3 [Jesús,] sabiendo que el Padre había dado en [sus] manos todas las cosas, y que de Dios había venido y a Dios iba, 4 se levantó de la cena y puso a un lado sus prendas de vestir exteriores. Y, tomando una toalla, se ciñó. 5 Después de aquello echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. 
---
Juan 14:1-3
1 “No se les perturbe el corazón. Ejerzan fe en Dios, ejerzan fe también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas. De otra manera, se lo hubiera dicho a ustedes, porque voy a preparar un lugar para ustedes. 3 También, si prosigo mi camino y les preparo un lugar, vengo otra vez y los recibiré en casa a mí mismo, para que donde yo estoy también estén ustedes..."
 ------
¿Qué incidencia tienen en usted y, de hecho, en todos nosotros, estos sucesos? Pues bien, el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesús ensalzan a Jehová Dios y son fundamentales en el desenvolvimiento de su gran propósito (Colosenses 1:18-20). Son de vital importancia para nosotros, ya que, sobre la base del sacrificio de Jesús, podemos recibir el perdón de nuestros pecados y, por consiguiente, disfrutar de una relación personal con Jehová Dios (Juan 14:6; 1 Juan 2:1, 2).

Hasta los muertos reciben beneficios. La resurrección de Jesús hace posible que se les traiga de nuevo a la vida en el prometido Paraíso terrenal de Dios (Lucas 23:39-43; 1 Corintios 15:20-22). Si usted desea saber más acerca de tales asuntos, lo invitamos a asistir a la Conmemoración de la muerte de Cristo el 30 de marzo de 2010, en un Salón del Reino de los Testigos de Jehová de su localidad.


http://www.watchtower.org/s/19980315/article_01.htm    

Últimos días de la vida de Jesús en la tierra. 12 y 13 de Nisán.

Últimos días de la vida de Jesús en la tierra. 12 y 13 de Nisán. 

12 y 13 de Nisán

Jesús pasa el 12 de Nisán con tranquilidad en compañía de sus discípulos. Es consciente de que los guías religiosos ansían con desesperación darle muerte, y no desea que interfieran con la celebración de la Pascua la noche siguiente (Marcos 14:1, 2). Al día siguiente, el 13 de Nisán, la gente está ocupada haciendo los preparativos finales para la Pascua. En las primeras horas de la tarde, Jesús envía a Pedro y a Juan a poner todo en condiciones para la Pascua, que observarán en un cuarto superior de Jerusalén (Marcos 14:12-16; Lucas 22:8). Poco antes del atardecer, Jesús y los otros diez apóstoles se reúnen con ellos allí para su última celebración de la Pascua.


Publicado en La Atalaya del 15 de marzo de 1998
Copyright © 2009 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. All rights reserved.

http://www.watchtower.org/s/19980315/article_01.htm 




Lectura bíblica para la Conmemoración: (Sucesos del 12 de nisán) Mateo 26:1-5, 14-16; Lucas 23:1-6

1 Ahora bien, cuando Jesús hubo acabado todos estos dichos dijo a sus discípulos: 2 “Saben que de aquí a dos días ocurre la pascua, y el Hijo del hombre ha de ser entregado para ser fijado en un madero”.
3 Entonces los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás, 4 y entraron en consejo para prender a Jesús mediante un ardid astuto, y matarlo. 5Sin embargo, decían: “No en la fiesta, para que no se levante un alboroto entre el pueblo”.

14 Entonces uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a los sacerdotes principales 15 y dijo: “¿Qué me darán para que lo traicione a ustedes?”. Le estipularon treinta piezas de plata. 16 De modo que desde entonces él siguió buscando una buena oportunidad para traicionarlo.

Lucas 23:
1 De modo que la multitud de ellos se levantó, toda, y lo condujeron a Pilato. 2 Entonces comenzaron a acusarlo, y dijeron: “A este hombre lo hallamos subvirtiendo a nuestra nación, y prohibiendo pagar impuestos a César, y diciendo que él mismo es Cristo, un rey”. 3 Entonces Pilato le hizo la pregunta: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. En respuesta a él, dijo: “Tú mismo [lo] dices”. 4 Entonces Pilato dijo a los principales sacerdotes y a las muchedumbres: “No hallo ningún delito en este hombre”. 5 Pero ellos empezaron a insistir, diciendo: “Alborota al pueblo enseñando por toda Judea, sí, comenzando desde Galilea hasta aquí”. 6 Al oír aquello, Pilato preguntó si el hombre era galileo,...

domingo, 28 de marzo de 2010

Últimos días de la vida de Jesús en la tierra. 11 de Nisán.

11 de Nisán


Temprano por la mañana, Jesús y sus discípulos ya están cruzando el monte de los Olivos camino a Jerusalén. Cuando llegan al templo, los sacerdotes principales y los ancianos no tardan en desafiar a Jesús. Recuerdan bien lo que hizo a los cambistas y comerciantes en el templo. Sus enemigos preguntan con malevolencia: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?”. “Yo, también, les preguntaré una cosa —responde Jesús—. Si me la dicen, yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas: El bautismo por Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?” Los opositores consultan entre sí en voz baja, razonando: “Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’. Sin embargo, si decimos: ‘De los hombres’, tenemos la muchedumbre a quien temer, porque todos tienen a Juan por profeta”. Perplejos, contestan débilmente: “No sabemos”. Jesús responde con calma: “Tampoco les digo yo con qué autoridad hago estas cosas” (Mateo 21:23-27).


Los enemigos de Jesús tratan ahora de entramparlo logrando que diga algo por lo cual puedan hacer que se le arreste. “¿Es lícito —preguntan— pagar la capitación a César, o no?” “Muéstrenme la moneda de la capitación”, replica Jesús, y pregunta: “¿De quién es esta imagen e inscripción?”. “De César”, responden. Jesús los deja frustrados al decir con claridad a oídos de todos los presentes: “Por lo tanto, paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios” (Mateo 22:15-22).

Habiendo silenciado a sus enemigos con una argumentación irrefutable, Jesús pasa a la ofensiva ante las muchedumbres y sus discípulos. Escúchele denunciar sin temor a los escribas y fariseos. “No hagan conforme a los hechos de ellos —advierte—, porque dicen y no hacen.” Pronuncia con denuedo una serie de ayes sobre ellos y los denuncia como guías ciegos e hipócritas. “Serpientes, prole de víboras —dice Jesús—, ¿cómo habrán de huir del juicio del Gehena?” (Mateo 23:1-33.)

El que Jesús haga estas duras denuncias no significa que pase por alto las cualidades positivas de otras personas. Más tarde, ve a la gente echando dinero en las alcancías del templo. ¡Qué conmovedor es observar a una viuda necesitada dar todo su medio de vida: dos monedas pequeñas de muy poco valor! Enternecido, Jesús señala que, de hecho, ella ha dado mucho más que todos los que han echado grandes contribuciones “de lo que les sobra”. En su honda compasión, Jesús concede gran valor al esfuerzo de quien hace todo lo que está a su alcance (Lucas 21:1-4).

Jesús ahora sale del templo por última vez. Algunos de sus discípulos comentan sobre la magnificencia de este, que está “adornado de piedras hermosas y cosas dedicadas”. Para la sorpresa de ellos, Jesús declara: “Vendrán los días en que no se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada” (Lucas 21:5, 6). Mientras salen de la atestada ciudad siguiendo a Jesús, los apóstoles se preguntan qué habrá querido decir con estas palabras.

Pues bien, un poco más tarde, Jesús y sus apóstoles se sientan y disfrutan de la paz y tranquilidad del monte de los Olivos. Mientras contemplan la magnífica vista de Jerusalén y el templo, Pedro, Santiago, Juan y Andrés procuran que Jesús les aclare su asombrosa predicción. “Dinos —solicitan—: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mateo 24:3; Marcos 13:3, 4.)

En respuesta, el Gran Maestro da una profecía verdaderamente notable. Vaticina guerras a gran escala, terremotos, escaseces de alimento y plagas. Además, predice que las buenas nuevas del Reino se predicarán por toda la Tierra. “Entonces —advierte— habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mateo 24:7, 14, 21; Lucas 21:10, 11.)

Los cuatro apóstoles escuchan atentamente mientras Jesús explica otras facetas de ‘la señal de su presencia’. Recalca la necesidad de ‘mantenerse alerta’. ¿Por qué? “Porque —dice— no saben en qué día viene su Señor.” (Mateo 24:42; Marcos 13:33, 35, 37.)

Este ha sido un día inolvidable para Jesús y sus apóstoles. Es, de hecho, el último día del ministerio público de Jesús antes de su arresto, juicio y ejecución. Puesto que se hace tarde, regresan a la cercana Betania, situada al otro lado de la colina.

------
“Una cueva de salteadores”
A JESÚS le sobraban razones para decir que aquellos comerciantes avariciosos habían transformado el templo de Dios en “una cueva de salteadores” (Mateo 21:12, 13). A fin de pagar el tributo del templo en la moneda debida, los judíos y los prosélitos procedentes de otras tierras habían de cambiar su dinero extranjero. En su libro La vida y los tiempos de Jesús el Mesías, Alfred Edersheim explica que los cambistas solían abrir sus puestos por todo el país el 15 de Adar, un mes antes de la Pascua. A partir del 25 de Adar, se trasladaban al recinto del templo de Jerusalén para aprovecharse de la enorme afluencia de judíos y prosélitos. Los tratantes tenían un negocio floreciente, pues cobraban una comisión por cada moneda que cambiaban. El que Jesús los llamara salteadores deja entrever que sus comisiones eran tan cuantiosas que en la práctica estaban robando a los pobres.

Algunos no podían llevar sus propios animales para sacrificio, y los que lo hacían tenían que presentarlos ante un inspector en el templo para que los examinara, pagando una cantidad. Para no arriesgarse a que se rechazara el animal tras haberlo acarreado desde lejos, muchos compraban a los comerciantes corruptos del templo uno “aprobado” levíticamente. “A más de un pobre aldeano lo desplumarían allí a conciencia”, dice un historiador.

Existen pruebas de que en un tiempo el sumo sacerdote Anás y su familia tuvieron intereses creados en relación con los comerciantes del templo. Los escritos rabínicos hablan de “los bazares de los hijos de Anás” allí establecidos. Las sumas que percibían de los cambistas y de la venta de animales en los terrenos del templo eran una de sus principales fuentes de ingresos. Un biblista comenta que el acto de Jesús de desalojar a los comerciantes “fue no sólo dirigido contra el prestigio de los sacerdotes, sino también contra sus bolsillos”. Sea como fuere, sin duda sus enemigos deseaban eliminarlo (Lucas 19:45-48).

-----
LECTURA BÍBLICA RECOMENDADA:

 Lucas 21:1-38

1 Ahora bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las arcas de la tesorería. 2 Entonces vio a cierta viuda necesitada echar allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor, 3 y dijo: “En verdad les digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos. 4 Porque todos estos echaron dádivas de lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que tenía”.

5 Más tarde, cuando algunos hablaban respecto al templo, cómo estaba adornado de piedras hermosas y cosas dedicadas, 6 él dijo: “En cuanto a estas cosas que contemplan, vendrán los días en que no se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”. 7 Entonces le interrogaron, diciendo: “Maestro, ¿cuándo realmente serán estas cosas, y qué será la señal cuando estas cosas estén destinadas a suceder?”. 8 Dijo: “Cuidado que no los extravíen; porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, y dirán: ‘Yo soy ese’, y: ‘El debido tiempo se ha acercado’. No vayan en pos de ellos. 9 Además, cuando oigan de guerras y desórdenes, no se aterroricen. Porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no [sucede] inmediatamente”.

10 Entonces pasó a decirles: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; 11 y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento; y habrá escenas espantosas, y del cielo grandes señales.

12 ”Pero antes de todas estas cosas les echarán mano a ustedes y los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y prisiones, y serán llevados ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. 13 Resultará para ustedes en testimonio. 14 Por lo tanto, resuélvanlo en sus corazones que no ensayarán de antemano cómo hacer su defensa, 15 porque yo les daré boca y sabiduría, que todos sus opositores juntos no podrán resistir ni disputar. 16 Además, serán entregados hasta por padres y hermanos y parientes y amigos, y a algunos de ustedes los harán morir; 17 y serán objeto de odio de parte de toda la gente por causa de mi nombre. 18 Y, con todo, no perecerá ni un cabello de su cabeza. 19 Mediante el aguante de parte de ustedes adquirirán sus almas.

20 ”Además, cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. 21 Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de [Jerusalén] retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella; 22 porque estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. 23 ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días! Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo; 24 y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.

25 ”También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y [de su] agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”.

29 Con eso les habló una ilustración: “Noten la higuera y todos los demás árboles: 30 Cuando ya echan brotes, ustedes, al observarlo, saben para sí que ya se acerca el verano. 31 Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca. 32 En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo sin que todas las cosas sucedan. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán.

34 ”Mas presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente 35 como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. 36 Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre”.





Publicado en La Atalaya del 15 de marzo de 1998
Copyright © 2009 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. All rights reserved.

http://www.watchtower.org/s/19980315/article_01.htm

sábado, 27 de marzo de 2010

Últimos días de la vida de Jesús en la tierra. 10 de Nisán.

10 de Nisán

Jesús llega temprano al templo. Ayer, no pudo menos que indignarse al ver la flagrante comercialización de la adoración de su Padre, Jehová Dios. Con gran celo, pues, se pone a echar del templo a los que compran y venden en él. Luego vuelca las mesas de los avaros cambistas y los bancos de quienes venden palomas. “Está escrito —exclama Jesús—: ‘Mi casa será llamada casa de oración’, pero ustedes la hacen cueva de salteadores.” (Mateo 21:12, 13.)

Los sacerdotes principales, los escribas y los hombres más prominentes no soportan las acciones y la enseñanza pública de Jesús. ¡Cómo ansían darle muerte! Pero se retienen a causa de la muchedumbre, pues el pueblo está atónito ante su enseñanza y sigue “colgándose de él para oírle” (Lucas 19:47, 48). Al acercarse la noche, Jesús y sus compañeros disfrutan de la agradable caminata de regreso a Betania, donde descansarán hasta el día siguiente.


LECTURA BIBLICA SUGERIDA 10 DE NISAN
Juan 12:20-50
 

20 Ahora bien, había unos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. 21 Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y empezaron a solicitarle, diciendo: “Señor, queremos ver a Jesús”. 22 Felipe vino y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe vinieron y se lo dijeron a Jesús.

23 Pero Jesús les contestó, y dijo: “Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea glorificado. 24 Muy verdaderamente les digo: A menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, permanece un solo [grano]; pero si muere, entonces lleva mucho fruto. 25 El que tiene afecto a su alma la destruye, pero el que odia su alma en este mundo la resguardará para vida eterna. 26 Si alguien quiere ministrarme, sígame, y donde yo esté, allí también estará mi ministro. Si alguien quiere ministrarme, el Padre lo honrará. 27 Ahora mi alma está perturbada, ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora. No obstante, por esto he venido a esta hora. 28 Padre, glorifica tu nombre”. Luego vino una voz del cielo: “[Lo] glorifiqué, y también [lo] glorificaré de nuevo”.

29 Por lo tanto, la muchedumbre que estaba de pie por allí y lo oyó empezó a decir que había tronado. Otros empezaron a decir: “Un ángel le ha hablado”. 30 En respuesta, Jesús dijo: “Esta voz ha ocurrido, no por mí, sino por ustedes. 31 Ahora se somete a juicio a este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera. 32 Y sin embargo yo, si soy alzado de la tierra, atraeré a mí a hombres de toda clase”. 33 Esto realmente lo decía para significar qué clase de muerte estaba para morir. 34 Por lo tanto la muchedumbre le contestó: “Nosotros oímos, de la Ley, que el Cristo permanece para siempre; ¿y cómo es que dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser alzado? ¿Quién es este Hijo del hombre?”. 35 Entonces Jesús les dijo: “La luz estará entre ustedes un poco de tiempo todavía. Anden mientras tienen la luz, para que la oscuridad no los subyugue; y el que anda en la oscuridad no sabe adónde va. 36 Mientras tienen la luz, ejerzan fe en la luz, para que lleguen a ser hijos de la luz”.

Jesús habló estas cosas y se fue y se escondió de ellos. 37 Pero aunque había ejecutado tantas señales delante de ellos, no ponían fe en él, 38 de modo que se cumplió la palabra de Isaías el profeta, que él dijo: “Jehová, ¿quién ha puesto fe en la cosa oída por nosotros? Y en cuanto al brazo de Jehová, ¿a quién ha sido revelado?”. 39 La razón por la cual no podían creer es que otra vez dijo Isaías: 40 “Él les ha cegado los ojos y ha hecho duro su corazón, para que no vean con los ojos y capten la idea con su corazón y se vuelvan y yo los sane”. 41 Isaías dijo estas cosas porque vio su gloria, y habló de él. 42 Con todo, hasta de los gobernantes muchos realmente pusieron fe en él, pero a causa de los fariseos no [lo] confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga; 43 porque amaban la gloria de los hombres más que la misma gloria de Dios.

44 Sin embargo, Jesús clamó y dijo: “El que pone fe en mí, no pone fe en mí [solamente], sino [también] en el que me ha enviado; 45 y el que me contempla, contempla [también] al que me ha enviado. 46 Yo he venido como luz al mundo, para que todo el que pone fe en mí no permanezca en la oscuridad. 47 Pero si alguien oye mis dichos y no los guarda, yo no lo juzgo; porque no vine para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. 48 El que me desatiende y no recibe mis dichos tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado es lo que lo juzgará en el último día; 49 porque no he hablado de mi propio impulso, sino que el Padre mismo, que me ha enviado, me ha dado mandamiento en cuanto a qué decir y qué hablar. 50 También, sé que su mandamiento significa vida eterna. Por lo tanto, las cosas que hablo, así como el Padre me [las] ha dicho, así [las] hablo”.


 

Publicado en La Atalaya del 15 de marzo de 1998
Copyright © 2009 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. All rights reserved. 

Últimos días de la vida de Jesús en la tierra. 9 de Nisán.

Es el séptimo día del mes judío de Nisán del año 33 E.C. Imagínese que usted está observando lo que sucede en la provincia romana de Judea. Jesús y sus discípulos han salido de Jericó, una ciudad de exuberante vegetación, y suben con dificultad por un camino polvoriento y serpenteante. Como ellos, muchos viajeros más van rumbo a Jerusalén con ocasión de la celebración anual de la Pascua. Sin embargo, los discípulos de Cristo están pensando en algo más que en esta agotadora caminata.


Los judíos anhelan un Mesías que los libre del yugo romano. Muchos consideran que Jesús de Nazaret es ese Salvador por tanto tiempo esperado. Durante tres años y medio se ha dedicado a hablar del Reino de Dios. Ha curado a los enfermos y ha alimentado a los hambrientos. En efecto, ha consolado a la gente. Pero a los caudillos religiosos los irrita la dura denuncia que Jesús hace de ellos, y están desesperados por darle muerte. Aun así, allá va subiendo por el reseco camino delante de sus discípulos con aire resuelto (Marcos 10:32).


Mientras el Sol se pone detrás del monte de los Olivos, Jesús y sus compañeros llegan al pueblo de Betania, donde pasarán las siguientes seis noches. Allí los reciben sus amados amigos Lázaro, María y Marta. El fresco anochecer les alivia del calor del viaje y señala el inicio del sábado 8 de Nisán (Juan 12:1, 2).

-------- 
9 de Nisán




Después del sábado, hay mucho movimiento en Jerusalén. Miles de visitantes ya han llegado a la ciudad para observar la Pascua. Pero hay más bullicio del acostumbrado en esta época del año. Multitudes curiosas caminan a toda prisa por las estrechas calles que conducen a las puertas de la ciudad. Cuando logran abrirse paso por las abarrotadas puertas, ¡qué vista les espera! Muchas personas, radiantes de alegría, vienen bajando del monte de los Olivos por el camino de Betfagué (Lucas 19:37). ¿Qué significa toda esta actividad?


¡Miren! Jesús de Nazaret viene montado sobre un pollino de asna. La gente tiende sus prendas de vestir en el camino delante de él, mece palmas recién cortadas y grita con gozo: “¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el rey de Israel!” (Juan 12:12-15).


Al acercarse la multitud a Jerusalén, Jesús mira la ciudad y se conmueve profundamente. Se pone a llorar, y lo escuchamos predecir su destrucción. Cuando, poco después, llega al templo, enseña a las muchedumbres y sana a los ciegos y los cojos que acuden a él (Mateo 21:14; Lucas 19:41-44, 47).


Estos sucesos no pasan inadvertidos para los sacerdotes principales y los escribas. ¡Cómo los irrita ver las obras maravillosas de Jesús y el júbilo de las muchedumbres! Los fariseos, incapaces de ocultar su indignación, exigen: “Maestro, reprende a tus discípulos”. “Les digo —contesta Jesús—: Si estos permanecieran callados, las piedras clamarían.” Antes de irse, Jesús observa los tratos comerciales que se efectúan en el templo (Lucas 19:39, 40; Mateo 21:15, 16; Marcos 11:11).


LECTURA BIBLICA SUGERIDA 9 DE NISAN
Juan 12:12-19


12 Al día siguiente la gran muchedumbre que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmeras y salieron a su encuentro. Y se pusieron a gritar: “¡Salva, te rogamos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el rey de Israel!”. 14 Pero Jesús, habiendo hallado un asnillo, se sentó sobre él, así como está escrito: 15 “No temas, hija de Sión. ¡Mira! Tu rey viene, sentado sobre un pollino de asna”. 16 Al principio sus discípulos no se fijaron en estas cosas, pero cuando Jesús fue glorificado, entonces recordaron que estas cosas estaban escritas respecto a él, y que le habían hecho estas cosas.

17 En efecto, la muchedumbre que estaba con él cuando él llamó a Lázaro de la tumba conmemorativa y lo levantó de entre los muertos siguió dando testimonio. 18 A causa de esto también salió a su encuentro la muchedumbre, porque oyeron que había ejecutado esta señal. 19 Por lo tanto, los fariseos dijeron entre sí: “Observan que ustedes no logran absolutamente nada. ¡Miren! El mundo se ha ido tras él”.


Publicado en La Atalaya del 15 de marzo de 1998
Copyright © 2009 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. All rights reserved.
 

LAS LEYES DE DIOS Y EL CRISTIANO

Hay muchas leyes de Dios, todas son para guiar a la bendición de la humanidad según la Biblia.
No hurtarás. No matarás. No cometerás adulterio. Y otras.


Hasta algunos sabios humanos las reconocen como buenas.
Otros filósofos se burlan de estas leyes.


Pero pensemos en Jesús de Nazareth.


¿Que nos dice Jesús de aquellos que eligen llevar la contraria a la ley de Dios y recomendarle esa conducta a otros?


Veámoslo nosotros mismos en la Biblia, el es Sermón de la Montaña, registrado en Mateo 5:19.




"19 De manera que cualquiera que quebrante[a] uno de estos mandamientos muy pequeños y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos."


Notas al pie:
Mateo 5:19 Cualquiera que quebrante: lit. el que desate o afloje; también puede entenderse como el que declare no obligatorio.


Reina-Valera 1995 (RVR1995) Copyright © 1995 by United Bible Societies


----------
Biblia en Lenguaje Sencillo (BLS)


"19 Por eso, si alguien no obedece uno solo de los mandatos de Dios, aun el menos importante, será la persona menos importante en el reino de Dios. Lo mismo le sucederá al que enseñe a otros a desobedecer. Pero el que obedezca los mandamientos y enseñe a otros a obedecerlos, será muy importante en el reino de Dios."


Biblia en Lenguaje Sencillo (BLS) Copyright © 2000 by United Bible Societies
---


La Biblia de las Américas (LBLA)


19 "Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos."


La Biblia de las Américas (LBLA)Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation---
---




Castilian (CST)


" 19 Por tanto, cualquiera que quebrante uno de esos mandamientos, aun siendo el menos importante, y enseñe a otros a quebrantarlo, muy poco importante será considerado en el reino de los cielos. Y al contrario, cualquiera que los cumpla y enseñe a otros a cumplirlos, será considerado importante en el reino de los cielos."


Castilian (CST) Copyright © 2003 by Biblica




http://www.biblegateway.com/passage/?search=mat%205:19&version=RVR1995;RVR1995;BLS;LBLA;CST

ESPÍRITU, RUAJ, PNEUMA EN LA BIBLIA

PALABRAS QUE EN LA BIBLIA SE TRADUCEN COMO "ESPÍRITU":
 
La palabra griega pnéu-ma (espíritu) viene de pné-ō, que significa “respirar o soplar”, y se cree que la voz hebrea rú-aj (espíritu) procede de una raíz de igual significado. Por lo tanto, el significado primario de rú-aj y pnéu-ma es “aliento”, aunque de este significado se han derivado otras acepciones.
 
(De Pneu-ma se originan palabras como "neumático", "neumonía" y otras conocidas del castellano)

Pueden significar:

1) viento;
2) la fuerza vital de las criaturas;
3) el espíritu (disposición interna, de ánimo, o sentimiento dominante) del humano;
4) Espíritus(seres inmateriales), incluidos Dios y sus criaturas angélicas,  
5) la fuerza activa de Dios o espíritu santo.

Todos estos significados tienen algo en común: se refieren a aquello que es invisible a la vista humana y que da muestras de fuerza en movimiento. Tal fuerza invisible es capaz de producir efectos visibles.

Otro término hebreo, nescha-máh (Gé 2:7), también significa “aliento”, pero su significado es más limitado que el de rú-aj. La palabra griega pno-e parece tener un sentido limitado similar (Hch 17:25), y en la Versión de los Setenta se utilizó para traducir nescha-máh.

-----

¿SE HA PREGUNTADO...
... si enseña la Biblia que el espíritu santo sea una persona? (Hechos 10:44, 45.)
... qué es el espíritu santo? (Génesis 1:2.)
... hasta dónde llega la acción del espíritu santo de Dios? (Salmo 139:7.)

Basado en ¡Despertad! de julio de 2006
Disponible en línea en el sitio oficial:
http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/102006245


Citado en Yahoo
http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20101031110353AAUQZnL
 

 El apóstol Pablo dice en Primera a los Corintios 5:5 lo siguiente:

"entreguen a tal hombre a Satanás para la destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvado en el día del Señor."

¿Qué significa eso?
 
Cuando alguien peca gravemente y no se arrepiente, es expulsado, excomulgado, desasociado de la congregación.
Como en ese momento vuelve a formar parte del mundo malvado de Satanás, puede decirse que ha sido entregado al Diablo (1 Juan 5:19). Además, con la expulsión se destruye, o elimina, una influencia carnal, o corruptora, y se protege el espíritu, o actitud reinante, de la congregación (2 Tim. 4:22)

1a de Juan 5:19 dice: "Sabemos que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el [poder del] inicuo."

2da. a Timoteo. 4:22, " El Señor [esté] con el espíritu que [manifiestas]. Su bondad inmerecida [esté] con ustedes"


Este hombre de Corinto se arrepintió mas tarde y fue aceptado de nuevo en la congregación.
=

Fuente(s):

La Biblia.
◆ Sitio oficial de los Testigos de Jehová.(Gratuito)
http://jw.org
 

domingo, 21 de marzo de 2010

NOVIOS EN SECRETO

"Algunos jóvenes empiezan a salir en pareja desde muy temprana edad. “¡He visto parejitas de niños de 10 y 11 años!”, dice Susan, de Gran Bretaña. ¿Por qué tienen tanta prisa? Muchas veces, la atracción natural hacia el sexo opuesto y una buena dosis de presión de grupo es todo lo que hace falta. “Tienes las hormonas aceleradas, y todos en la escuela salen con alguien”, dice Lois, una chica de Australia.

Pero ¿por qué en secreto? “Tal vez tienen miedo de lo que dirán sus padres”, opina un joven británico llamado Jeffrey. Lo mismo piensa David, de Sudáfrica, quien comenta: “Saben que sus padres no lo aceptarán, así que no se lo dicen”. Y Jane, una joven de Australia, apunta otra posibilidad: “Es una forma de rebelión. Cuando crees que te están tratando como a un niño, decides hacer lo que te parezca sin decir nada a tus padres. Mantenerlo en secreto es muy sencillo”.

Desde luego, la Biblia te manda obedecer a tus padres (Efesios 6:1). Y si a ellos no les parece bien que salgas con alguien, seguramente tendrán buenas razones. Por ejemplo, si son testigos de Jehová, querrán que sus hijos solo entablen una relación sentimental con otro Testigo, y únicamente cuando ambos estén preparados para pensar en el matrimonio.# Con todo, no te sorprendas si te asaltan sentimientos como estos:

--"Me siento como si fuera de otro planeta porque todos tienen pareja, menos yo."

--"Me gusta una persona que no comparte mis creencias."

--"Me gustaría salir con un compañero cristiano, aunque todavía no tengo edad para casarme."

Probablemente ya sepas lo que tus padres te dirían si te oyeran decir estas cosas y, en el fondo, sabes que tendrían razón. Pero aun así, quizás te identifiques con las palabras de una joven japonesa de nombre Manami: “La presión para salir en pareja es superfuerte, y a veces creo que no la voy a resistir. A los chicos de hoy no les entra en la cabeza que no salgas con alguien”. Bajo esa presión, algunos jóvenes empiezan una relación a escondidas de sus padres. ¿Cómo consiguen mantener el secreto?

-----“Nos dijeron que guardáramos el secreto”------

Desde el momento en que se habla de “una relación secreta”, es porque hay cierta intención de engaño. Por ejemplo, algunos jóvenes mantienen el secreto comunicándose principalmente por teléfono o por Internet. Cuando hay gente, son solo amigos, pero en sus mensajes electrónicos, llamadas telefónicas y mensajes de texto... las cosas son muy distintas.

Caleb, de Nigeria, revela otra táctica: “Para que nadie se entere, algunos jóvenes hablan en clave y cambian los nombres cuando hay gente alrededor”. Otro método es organizar una salida en grupo para acabar emparejados. James, de Gran Bretaña, recuerda: “Una vez nos invitaron a varios jóvenes a ir a cierto sitio, y al final resultó que todo se había preparado para que dos de ellos pudieran estar juntos. Nos dijeron que guardáramos el secreto”.

Como señala James, a menudo la pareja mantiene el secreto gracias a la complicidad de sus amigos. “Por lo menos uno de ellos lo sabe, pero no dice nada para no traicionarlos”, explica Carol, de Escocia.

Con frecuencia se llega a mentir descaradamente. Beth, que vive en Canadá, explica: “Muchos mantienen el secreto mintiendo a sus padres. Les dicen que van a ir a un sitio cuando piensan ir a otro”. Misaki, de Japón, reconoce que eso fue lo que ella hizo: “Inventaba las historias con mucho cuidado. Procuraba no decir más mentiras que las justas para mantener oculta mi relación, y así no perder la confianza de mis padres”..."

---(cont.)---

(cont)------Los peligros de un noviazgo secreto

Si sientes la tentación de mantener un noviazgo secreto, o si ya lo tienes, te conviene pensar en lo siguiente:

¿Adónde me llevará esta actitud engañosa? ¿Piensas casarte con esa persona en un plazo razonablemente corto? “Salir con alguien sin la intención de casarte es como ofrecer algo que no quieres vender”, argumenta Evan, de Estados Unidos. Proverbios 13:12 advierte que “la expectación pospuesta enferma el corazón”. ¿De veras deseas romperle el corazón a alguien que quieres?

¿Qué piensa Jehová de lo que estoy haciendo? La Biblia dice que “todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:13). Si estás ocultando tu relación —o la de un amigo—, recuerda que Jehová lo ve todo. Y si de algún modo estás engañando a alguien, preocúpate, porque Jehová detesta las mentiras. De hecho, la Biblia dice que entre las cosas que más odia figura “una lengua falsa” (Proverbios 6:16-19).

La verdad es que mantener en secreto una relación priva a la pareja de la protección que ofrece un noviazgo conocido por todos. Por eso no sorprende que algunos caigan en la trampa de la inmoralidad sexual. Jane, quien vive en Australia, cuenta que una amiga suya llevaba una doble vida y se veía a escondidas con un chico de la escuela. “Para cuando su papá lo descubrió, ya estaba embarazada”, relata ella.

Si estás manteniendo una relación secreta, lo mejor que puedes hacer es hablar con tus padres o con otro adulto que sea un cristiano maduro. Y si es un amigo quien está en esa situación, no te conviertas en su cómplice (1 Timoteo 5:22). ¿Cómo te sentirías si, al final, alguien saliera perjudicado? ¿No tendrías al menos parte de la culpa? Imagínate que tienes un amigo diabético que come dulces a escondidas. Cuando lo descubres, te ruega que no se lo digas a nadie. ¿Cuál sería tu principal preocupación: encubrir a tu amigo, o hacer algo que quizás le salve la vida?

Pues bien, la situación es la misma cuando sabes que alguien mantiene una relación en secreto. No te preocupes por la posibilidad de acabar para siempre con esa amistad; un verdadero amigo acabará reconociendo que si hablaste, fue por su bien (Proverbios 27:6).
¿Secreta, o discreta?

En lo que tiene que ver con las relaciones románticas, una cosa es engañar y otra muy distinta ser discretos. Digamos, por ejemplo, que dos jóvenes con edad para casarse quieren conocerse mejor, pero de momento prefieren ser discretos y no divulgarlo a los cuatro vientos. ¿Por qué razón? Tal vez, como dice un muchacho llamado Thomas, “no desean que los acosen con preguntas como ‘¿Y para cuándo es la boda?’”.

Sin duda, la presión de los demás puede hacer mucho daño (El Cantar de los Cantares 2:7). Por eso, algunas parejas optan por ser discretas al principio, pero teniendo cuidado de no aislarse (Proverbios 10:19). Anna, de 20 años de edad, explica: “Así, los dos tienen tiempo para decidir si quieren entrar en una relación seria. Cuando estén seguros, entonces pueden hacerlo público”.

Al mismo tiempo, no estaría bien ocultar tu relación a las personas que tienen derecho a enterarse de ella, como tus padres o los de tu pareja. Y si te cuesta hablar del tema, pregúntate por qué. ¿Te estarás pareciendo a Natalia, la joven de la que hablamos al principio del artículo? ¿Será porque en el fondo sabes que tus padres tendrán buenas razones para oponerse a tu relación?
“Supe lo que tenía que hacer”

Natalia, a quien mencionamos al principio, cambió de opinión al oír la experiencia de otra cristiana que se había enfrentado al mismo dilema. “Cuando ella contó que había roto con su novio, supe lo que tenía que hacer”, recuerda Natalia. ¿Le fue fácil romper con Hugo? ¡Claro que no! “Fue el único chico por el que de verdad había sentido algo especial —relata—. Me pasé varias semanas llorando.”

Pero Natalia tenía una cosa muy clara: que amaba a Jehová. Aunque se había equivocado, deseaba sinceramente hacer lo correcto, y el tiempo se encargó de sanar las heridas. “Ahora mi relación con Jehová está mejor que nunca —dice ella—. Me siento muy agradecida de que él nos dé la guía que necesitamos en el momento preciso.”

Publicado en ¡Despertad! de junio de 2007
DISPONIBLE EN LÍNEA EN:

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1102008092?q=novios+en+secreto&p=par

Copyright © 2009 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. Derechos reservados

Por temas relacionados con los jóvenes, ver:
http://www.jw.org/es/ense%C3%B1anzas-b%C3%ADblicas/familias/j%C3%B3venes/preguntan/

sábado, 20 de marzo de 2010

¿QUIENES SON Y QUE CREEN LOS TESTIGOS?

Creencias de los testigos de Jehova. 

Su creencia, su fe, ¿en qué la basan?

¿Quiénes son?
 
 ---Se interesan por usted

Los testigos de Jehová desean que los conozca mejor. Es posible que ya los haya tratado como vecinos o compañeros de trabajo, o en otro aspecto de la vida cotidiana. Tal vez los haya visto en la calle ofreciendo sus revistas a los transeúntes, o haya conversado brevemente con ellos en la puerta de su casa.

En realidad, los testigos de Jehová se interesan por usted y su bienestar. Quieren ser sus amigos y ofrecerle más información sobre sí mismos, sus creencias, su organización y su parecer sobre la gente y el mundo en el que todos vivimos. Por eso han preparado este folleto para usted.

Los testigos de Jehová son como cualquier otra persona en casi todo aspecto. Tienen los problemas comunes, sean económicos, físicos o emocionales. A veces se equivocan, pues no son perfectos ni infalibles, ni están inspirados por Dios. Sin embargo, tratan de aprender de las experiencias de la vida y estudian a conciencia la Biblia para efectuar los cambios necesarios. Se han dedicado a Dios para hacer Su voluntad, y procuran cumplir con esa dedicación. Buscan para todo la guía de la Palabra de Dios y de Su espíritu santo.

Se han dedicado a Dios para hacer Su voluntad

Consideran fundamental que sus creencias estén basadas en la Biblia y no en simples conjeturas o credos religiosos de hombres. Concuerdan con estas palabras que escribió el apóstol Pablo por inspiración divina: “Sea Dios hallado veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso” (Romanos 3:4, Traducción del Nuevo Mundo).* Con respecto a las enseñanzas que se presentan como verdades bíblicas, están totalmente de acuerdo con lo que hicieron los bereanos cuando escucharon el mensaje que predicaba el apóstol Pablo: “Recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Los testigos de Jehová creen que toda enseñanza religiosa —la ofrezcan ellos u otras personas— debe someterse a esta prueba de concordancia con las Escrituras inspiradas por Dios. Por eso lo invitan, es más, lo instan a seguir este procedimiento en sus conversaciones con ellos.

Creen que la Biblia es la Palabra de Dios

De lo anterior se desprende que los testigos de Jehová creen que la Biblia es la Palabra de Dios. Consideran que los 66 libros que la componen están inspirados por Dios y son exactos desde el punto de vista histórico. Para referirse a lo que comúnmente se llama el Nuevo Testamento usan la expresión Escrituras Griegas Cristianas, y al Antiguo Testamento lo denominan las Escrituras Hebreas. Confían tanto en las Escrituras Griegas como en las Hebreas y las interpretan de manera literal, salvo en los casos en los que por el contexto o las expresiones empleadas es obvio que el sentido es figurado o simbólico. Creen que muchas profecías bíblicas ya se han cumplido, algunas se están cumpliendo y otras están por cumplirse.

---(cont.)--- 

SU NOMBRE

¿Testigos de Jehová? En efecto, así se autodenominan. Se trata de un nombre descriptivo que indica que dan testimonio de Jehová, su divinidad y sus propósitos. Dios, Señor y Creador —al igual que presidente, rey y general— son títulos que pueden aplicarse a distintos personajes. Jehová, en cambio, es un nombre propio que designa al Dios todopoderoso y Creador del universo. Así lo muestra Salmo 83:18, que, según la versión Reina-Valera (RV) de 1909, dice: “Y conozcan que tu nombre es JEHOVÁ; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra” (véase también la versión católica Torres Amat [82:19]).

El nombre propio de Dios en hebreo antiguo

El nombre Jehová (o Yavé y variantes de esta forma, como prefieren muchas versiones católicas y algunos biblistas) aparece casi siete mil veces en el texto original de las Escrituras Hebreas. Pero hay versiones que lo reemplazan por los términos Señor y Dios. En algunas de ellas, como La Biblia de las Américas y la Nueva Versión Internacional, el lector normalmente puede determinar cuándo se utiliza Jehová en hebreo, ya que los términos sustitutivos aparecen en versalitas con la inicial en mayúscula (DIOS, SEÑOR). Sin embargo, en la mayoría de las traducciones se emplea el nombre Jehová o Yavé, o variantes de este. La Traducción del Nuevo Mundo, por ejemplo, dice en Isaías 42:8: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre”.

El nombre en un juicio simbólico

El relato bíblico del que toman su nombre los testigos de Jehová se encuentra en el capítulo 43 de Isaías. En este capítulo se compara la escena mundial a un juicio en el que se invita a los dioses de las naciones a que presenten testigos para demostrar que han obrado con justicia, tal como alegan, o a que escuchen a los testigos que defienden el lado de Jehová y reconozcan la verdad. En ese contexto, él declara a su pueblo: “Vosotros sois mis testigos [...] y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve” (Isaías 43:10, 11, RV, 1960).

Jehová Dios tuvo testigos en la Tierra a lo largo de los milenios que antecedieron al nacimiento de Jesús. En el capítulo 11 de Hebreos encontramos una lista de algunos de estos hombres de fe, y a continuación leemos en Hebreos 12:1: “Pues, entonces, porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros”. Jesús dijo ante Poncio Pilato: “Para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la verdad”. Las Escrituras lo llaman “el testigo fiel y verdadero” (Juan 18:37; Revelación [Apocalipsis] 3:14). Jesús aseguró a sus discípulos: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:8).

Por lo tanto, los más de siete millones de personas que hoy difunden en más de doscientos treinta países las buenas nuevas del Reino de Jehová dirigido por Jesucristo, creen que llevan con propiedad el nombre de testigos de Jehová.



FUENTES:
"TESTIGOS DE JEHOVÁ ¿QUIENES SON Y QUE CREEN?"


CITADO EN YAHOO:
http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20110129160813AAa525F

(Consultado 20 de marzo 2010 DESDE SITIO OFICIAL):


----
La Biblia llama a Jesús “el testigo fiel y verdadero” (Revelación [Apocalipsis] 3:14)

Muchas personas creen que los testigos de Jehová somos una religión nueva. Sin embargo, hace más de dos mil setecientos años, a los siervos del único Dios verdadero se los llamó “testigos” suyos (Isaías 43:10-12). Antes de 1931 se nos conocía como Estudiantes de la Biblia. ¿Por qué decidimos entonces adoptar el nombre de testigos de Jehová?

PORQUE DA A SABER QUIÉN ES NUESTRO DIOS.


El nombre de Dios, Jehová, aparece miles de veces en la Biblia, como lo demuestran diversos manuscritos antiguos. En muchas traducciones, este nombre ha sido sustituido por títulos como Señor o Dios. Pero el Dios verdadero se presentó a sí mismo ante Moisés como Jehová y le dijo: “Este es mi nombre hasta tiempo indefinido” (Éxodo 3:15). Así se distinguió de los dioses falsos. A nosotros nos enorgullece portar el santo nombre de Dios.

PORQUE SUBRAYA NUESTRA MISIÓN.

Comenzando con el justo Abel, una larga sucesión de personas dieron testimonio de su fe en Jehová. A lo largo de los siglos, otros, como Noé, Abrahán, Sara, Moisés y David, se sumaron a esta gran “nube de testigos” (Hebreos 11:4–12:1). Tal como un individuo atestigua a favor de una persona inocente en un tribunal, así nosotros estamos decididos a dar a conocer la verdad acerca de nuestro Dios.

PORQUE IMITAMOS A JESÚS.

La Biblia llama a Jesús “el testigo fiel y verdadero” (Revelación [Apocalipsis] 3:14). Él mismo dijo que había dado a conocer el nombre de su Padre y que había venido a dar “testimonio acerca de la verdad” sobre Dios (Juan 17:26; 18:37). Por eso, sus verdaderos discípulos deben portar el nombre de Jehová y proclamarlo. Eso es lo que los testigos de Jehová nos esforzamos por hacer.


FUENTES:
- LA BIBLIA.

-FOLLETO: ¿Quiénes hacen la voluntad de Jehová en nuestros días?

 LECCIÓN 2,  ¿Por qué adoptamos el nombre de testigos de Jehová?

https://www.jw.org/es/publicaciones/libros/voluntad-de-Jehov%C3%A1/por-qu%C3%A9-nombre-testigos-de-jehov%C3%A1/