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domingo, 27 de marzo de 2011

TESTIGOS DE JEHOVA CHAT EN INTERNET PELIGROS DE LAS SALAS DE CHARLA

Los jóvenes preguntan...

¿Cómo puedo evitar los peligros de las salas de charla en Internet?

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/102005766

 


Los jóvenes preguntan...

¿Cómo puedo evitar los peligros de las salas de charla en Internet?

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/102005766



Me pasaba tres o cuatro horas diarias conversando por Internet. Algunas veces hasta seis o siete horas seguidas.”—José.



LAS SALAS DE CHARLA —como todo otro lugar frecuentado por extraños— plantean peligros que debes conocer. Por ejemplo, si fueras a visitar una gran ciudad, lógicamente procurarías protegerte averiguando cuáles son las zonas peligrosas y evitándolas.


El mismo razonamiento es aplicable si tienes que visitar una de estas cibersalas. En el número de ¡Despertad! del 22 de septiembre de 2005 se examinaron dos peligros de muchas de ellas: entrar en contacto con depredadores sexuales y caer en la tentación de convertirte en un mentiroso. Hay otros riesgos que vale la pena analizar. Pero veamos primero cómo están organizados estos sitios.



Organizadas con un objetivo

Las salas de charla suelen organizarse teniendo en cuenta los temas que atraen a distintos grupos de personas. Algunas están destinadas a entusiastas de algún deporte o pasatiempo, o quizá a hablar sobre cierto programa de televisión. Y otras van dirigidas a quienes afirman pertenecer a una religión en particular.


Si eres testigo de Jehová, la curiosidad pudiera impulsarte a entrar en una cibersala donde, supuestamente, jóvenes Testigos de diferentes partes del mundo pueden hacer amigos. Es verdad que entablar amistad con personas que compartan tu fe es un objetivo loable. Sin embargo, esos lugares encierran peligros ocultos para los cristianos. ¿Qué clase de peligros?



La corrupción moral

Un joven llamado Tyler explica: “Entré en un "chat" pensando que todos los que estaban ahí eran testigos de Jehová. Al poco rato, algunos empezaron a hablar de nuestras creencias de manera despectiva. No tardé en darme cuenta de que eran apóstatas”. Se trataba de personas que intencionadamente pretendían socavar la moralidad de quienes, según ellos, eran sus hermanos en la fe.
Jesucristo, el Hijo de Dios, advirtió que algunos de sus seguidores se volverían contra sus propios compañeros (Mateo 24:48-51; Hechos 20:29, 30). El apóstol Pablo los llamó falsos hermanos y dice que “entraron a hurtadillas” para perjudicar a los miembros de la congregación cristiana (Gálatas 2:4). El escritor bíblico Judas menciona que se habían “metido disimuladamente” en ella con el objetivo de “torna[r] la bondad inmerecida de [...] Dios en una excusa para conducta relajada”, y los asemeja a “rocas escondidas bajo agua” (Judas 4, 12).


Fíjate en que tanto Pablo como Judas describen los sigilosos métodos que suelen emplear los apóstatas. Ambos escritores bíblicos señalaron que tales personas “entraron a hurtadillas” o ‘se metieron disimuladamente’ en la congregación con la intención de corromper en sentido moral a sus integrantes. Hoy día, las salas de charla generan el entorno ideal para que dichos individuos corruptos pongan en práctica sus artimañas. Como rocas ocultas bajo el agua, estos falsos cristianos enmascaran sus verdaderas intenciones aparentando preocupación por los jóvenes Testigos. Pero en realidad lo que pretenden es que la fe de los incautos naufrague (1 Timoteo 1:19, 20).


Tanto esta revista como otras publicaciones editadas por los testigos de Jehová han advertido en repetidas ocasiones sobre este peligro. (P.ej.,DESPERTAD, 22 DE OCTUBRE 2005). Por lo tanto, cuando conozcas a una persona en una cibersala aparentemente creada para testigos de Jehová, ten en cuenta que será alguien que, para empezar, no está prestando atención a dichas recomendaciones. ¿En realidad deseas la amistad de quienes optan por menospreciar los consejos basados en la Biblia? (Proverbios 3:5, 6; 15:5.)



La trampa de aislarte

Otro aspecto de las salas de charla que debes tener presente es la cantidad de tiempo que consumen. José, mencionado al principio, comenta: “A veces estaba tan concentrado conversando en Internet que hasta me olvidaba de comer”.
Quizás tú no llegues al extremo de José, pero recuerda que para pasar tiempo en un "chat", tienes que sacar tiempo de otras actividades. Tal vez tus tareas escolares o domésticas no sufran de inmediato las consecuencias; lo más probable es que lo primero que se afecte sea la comunicación con tu familia. Adrian, un joven que vive en España, comenta: “En cuanto terminaba de comer, me levantaba de la mesa y me conectaba a una cibersala. Estaba tan enganchado que prácticamente dejé de hablar con mi familia”.
Si pierdes tu valioso tiempo conversando en Internet, es posible que tú también te estés aislando de las personas que más te importan. La Biblia nos da esta oportuna advertencia: “El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará” (Proverbios 18:1). Los extraños que encuentres en las salas de charla difícilmente te alentarán a vivir en armonía con la sabiduría práctica que se halla en la Biblia. Más bien, te animarán a que satisfagas deseos egoístas y a que rompas con las normas morales cristianas.
Quizás pienses que uno de los aspectos positivos de las salas de charla es que te resulta más fácil hablar con alguien en Internet que con tu propia familia. Aquellos con quienes conversas en línea quizá se muestren muy interesados en escuchar lo que piensas y en decirte lo que sienten. Por otro lado, es posible que parezca que los miembros de tu familia están muy ocupados para escucharte y que les cuesta expresar sus sentimientos abiertamente.
Sin embargo, pregúntate: “¿Me conoce de verdad la gente con la que converso en los "chats"? ¿Se interesan en mi bienestar a largo plazo?”. Es más probable que tu familia sí se preocupe por ti en sentido emocional y espiritual. Si tus padres se esfuerzan por aplicar los principios bíblicos, seguro que estarán muy interesados en hablar contigo (Efesios 6:4). Y si les expresas tus opiniones y sentimientos con respeto, quizás te sorprendas al ver que responden mejor de lo que esperabas (Lucas 11:11-13).

Despertad 22 de octubre 2005

Sé precavido y muestra a tus padres lo que consultas en Internet

  Evita los peligros

Es posible que tengas razones de peso para entrar en una sala de charla, como por ejemplo, para realizar una tarea escolar. En ese caso, puedes evitar que esto se convierta en una trampa para ti si tomas algunas precauciones sencillas.

En primer lugar, no utilices una computadora con acceso a Internet en la intimidad de tu habitación. Hacerlo sería como caminar a solas por un callejón oscuro en una ciudad desconocida: estarías buscándote problemas. En vez de eso, coloca la computadora en un lugar donde otros miembros de tu familia puedan ver lo que estás haciendo.

En segundo lugar, fomenta la buena comunicación con tus padres mostrándoles las páginas que visitas en Internet y explícales por qué necesitas entrar en una cibersala en concreto. Asimismo, fija un límite a la cantidad de tiempo que vas a pasar frente a la computadora... y cúmplelo.

En tercer lugar, instala en tu computadora programas que filtren los mensajes que recibes y te protejan del acoso sexual en Internet. Y si llegan a hacerte proposiciones sexuales mientras estás conectado, díselo a tus padres o a tu profesor de inmediato. En algunos países, un adulto que, aun sabiendo que eres menor de edad, te envía mensajes sexualmente provocativos o cualquier tipo de material pornográfico comete un delito y debe ser denunciado a la policía.

Además, nunca reveles tu nombre, dirección, número de teléfono o el nombre de tu escuela en un "chat." Y jamás aceptes una invitación para conocer a alguien en persona.
A pesar de que fueron escritas hace miles de años, las palabras del sabio rey Salomón encajan muy bien con los peligros que encierran las salas de charla: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena” (Proverbios 22:3).

*  Se han cambiado algunos nombres.
#  Consulta la ¡Despertad! del 8 de diciembre de 2004, págs. 18-21.
%  Lee la ¡Despertad! del 22 de enero de 2000, pág. 20.

Publicado en ¡Despertad!  del 22 de octubre de 2005
Copyright © 2008 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. Derechos reservados.

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/102005766?q=chat&p=par

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